Llegó la hora de cambiar de web. Y como en todo, el hacer una nueva web también lleva consigo unas fases y unas pautas que hay que respetar para que el resultado final sea lo más satisfactorio para el cliente. Hay que tener paciencia porque todo proceso lleva un trabajo determinado y unos tiempos. Te contamos la primera parte de nuestro especial, cómo se hace una web.

Cualquier página web empieza con el llamado briefing. ¿Y a qué hace referencia este término? El cliente debe dar a conocer al encargado de crear la página web toda la información posible sobre su empresa. Esto es la filosofía de la marca; la misión, visión y valores de la misma; cuál es la historia de la empresa; qué productos o servicios ofrece; cuál es el público objetivo al que va dirigida la página web; la competencia directa y, sobre todo, cuál es el objetivo de la web en sí mismo.

Toda esta información la tiene que reportar el cliente pero es cierto que en ocasiones esto se diluye por lo que es importante tener varias reuniones con éste con el objetivo de conocer de primera mano toda esta información. Aparte de otro contenido extra que nos ayudará a saber mejor cómo actuar como los problemas del día a día de la empresa, la relación con los competidores, qué particularidades tiene la empresa…  El briefing no es otra cosa que el punto de partida para preparar un presupuesto que debe respetarse para ponerse a trabajar en el proceso de creación de la página web.  Un elemento esencial que ayuda a conocer los aspectos esenciales y los objetivos de la marca.

Pero ojo, no solo debemos conocer a nuestro cliente para crear una página web que le guste. También al cliente, de nuestro cliente. Es un punto importantísimo. No estamos creándole una web solo a él, si no una web que sea útil para terceros, los que le hacen posible facturar a nuestro cliente. Conocer las “buyer personas” que le interesa a la marca, el target comercial, es importante. Y en base a ellas se crearán los contenidos, el propio diseño de la web y la ordenación de la información, o sea la estructura de la web. Sin embargo, hay un punto que no se debe pasar por alto a la hora de crear una web, la experiencia de los clientes de nuestro cliente tanto con la marca como a la hora de interactuar con la web para mejorar estos puntos. Habrá que analizar quejas, consultas, qué acciones se han llevado a cabo, qué procesos de compra existen…

Otro punto importante a la hora de crear una web son, cómo no, los contenidos.  No hay que pecar ni por exceso ni por defecto. Ni crear una web demasiado recargada ni demasiado minimalista.  En un primer proceso, el cliente debe aportar cierta información, aunque suele ser el creador de la página web el encargado de realizar los textos de la misma. Pero ante todo hay que saber qué contenidos se van a incluir y trabajar de forma cuidadosa el copywriting. Los textos son muy importantes y mejor aún si son textos optimizados al posicionamiento de la web en buscadores, claro está. Deben ser textos claros, no demasiado comerciales pero que promueven un proceso de compra o la creación de un lead, una petición de información al cliente.

A la hora de crear contenidos en la creación de una página web también se deben establecer los tipos de interacción con los visitantes y las posibles listas de preguntas frecuentes. Debemos crear una web lo suficientemente interesante para que el cliente vuelva, por supuesto. Y en este punto es importante dar también con una buena estructura de la información. O lo que es lo mismo, la elección de carpetas, menús, subdominios, páginas, subpáginas… pensando siempre en el usuario final y en una navegación sencilla y fluida. El visitante debe encontrar todo sin problema, debe saber dónde está y cómo volver a la página anterior. Es importante crear el mapa del site y definir las dependencias y enlaces.